martes, 15 de noviembre de 2016

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El adiós a los derechos consolidados

“Señor, le recuerdo que este tipo de operaciones las puede hacer en el cajero”. Así me contestó un joven empleado de banca cuando recientemente me acercaba a una sucursal a realizar una determinada operación. No contesté; pero que sí que pensé que en el fondo ese joven igual ya no está la próxima vez que vaya. Le habrá sustituido un cajero automático o un ordenador.

Lo más llamativo, es que luego se empleó en explicar lo mismo a una mujer de unos 80 años que no ha utilizado ni piensa utilizar el cajero en su vida. Esa es la banca que rescatamos, con el dinero de todos, y que ha visto esfumar miles de millones de euros. Esa es la banca que según el Gobierno, en una mentira más, iba a devolver hasta el último céntimo del rescate.


Cuando yo era niño y vivía en la calle Barrio y Mier, los empleados de banca formaban cuadrillas y se iban de vinos al término de su jornada laboral. Pasaban por el Alaska, el Jauja, La Solera, El Grajal… ¡Qué bien viven estos de la banca! Pensaban muchos con envidia. Ahora se puede ver alguna céntrica oficina bancaria a las nueve de la noche, con las persianas medio echadas y una tenue luz interior. Dentro, en horario que no tiene límites, hay empleados trabajando. En su mayoría jóvenes que se han llevado el tupperware al trabajo y que van a comisión.


Esta es la sociedad que estamos creando. Una sociedad deshumanizada en la que nada importan la señora de 80 años que no sabe manejar el cajero; y mucho menos el empleado cuya jornada laboral no tiene límite por un sueldo que es indigno. Y este ejemplo, el de la banca, lo podemos trasladar a otros sectores. Construcción, hostelería, medios de comunicación, industria… nos estamos dejando los derechos por el camino. Derechos consolidados a través de la lucha de varias generaciones y de la sangre, sudor y lágrimas de quienes nos antecedieron. En las empresas ya no interesan los empleados con derechos.

Lo importante es que el paro baje, como en una especie de competición en la que el Gobierno de turno se coloca medallas. ¿Qué más da si gran parte del empleo que se crea es basura? ¿Qué importa que más de la mitad de palentinos en situación de desempleo no perciba ningún tipo de prestación? ¿A quién le preocupa que la mayoría de los contratos sean indecentes? Lo importante son los números, no las personas. Aquellos tiempos en los que te podías permitir ir de vinos se están acabando.


¡Bastante tienes con llegar a fin de mes! Sin duda, la clase media está a punto de pasar a los museos, como muestra de lo que fueron mejores tiempos para los trabajadores.

Juan Francisco Rojo




7 comentarios:

  1. A los que somos de generación anteriores (aunque no tan lejanas) de la banca, nos maravilla el cambio tan tremendo que ha habido en el sector.
    Yo que he sido de los de jubilación anticipada, tengo que agradecerlo. No hubiera podido soportar la tremenda presión que viven ahora. Hubiera pedido que me pusieran de cajero (con todos mis respetos para ellos).
    Eso sin hablar del trato al cliente, que ha pasado a ser despectivo.
    No habría que olvidar que se sigue viviendo de ellos.

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  2. Yo recuerdo cuando los primero era el cliente todo estaba enfocado hacia y para el cliente, a ahora es todo vision producto que puedo colocar no importa a quien pero lo tengo que colocar, que deja mas comisión, te autorizo el descubierto si me haces un seguro, etc, etc, etc, yo empece poniendo las cartillas de ahorro al dia a mano, jejejejej, que tiempos, ahora felizmente con un ere, aunque yo ya habia renunciado anteriormente a la direccion ( seguia teniendo vision cliente ). Lo siento compañeros pero a mi me gusto mi trabajo ahora seguro que no me gustaria.

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  3. Pues qué suerte habéis tenido. Yo he vivido todomesomque decís y lo de ahora desgraciadamente. Camino de 61 y en el tajo a tope, con mucha más carga y menos compañeros. Menos mal que, creo, uno no puede estar solo que si no......

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  4. Lema de CAIXABANK:Divide y vencerás.

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  5. Efectivamente. Mi madre me hizo volver de Inglaterra donde me ganaba la vida para trabajar en banca a través de una beca....tres entidades y unos cuantos años después no recomendaría a mi hija trabajar en el sector. No se valora la atención al cliente sino la venta, la gente joven que entra no son compañeros sino mercenarios, no hay principios ni sentimiento de pertenencia ni orgullo de entidad como antaño hubo. Una pena.

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    1. La verdad yo que trabajo en banca desde hace 11 años veo la diferencia entre los que ahora tienen la suerte de jubilarse y los que por desgracia nos tenemos que quedar, digo por desgracia porque con hijos y familia no te puedes arriesgar a dejar un trabajo fijo actualmente porque sin lugar a dudas si hubiera un plan b, muchos de mis compañeros sino todos abandonariamos este sector ya que el futuro no es nada alagueño, donde trabajaban 3 ahora ponen a 1 persona y con la misma o más carga de trabajo...

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    2. Los trepas son jóvenes y mayores y en banca hay muchos.

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