martes, 26 de enero de 2016

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En 15 días sabremos de fusiones, objetivo ganar rentabilidad gracias a un mayor volumen de negocio, desarrollado con plantillas más reducidas, y menos medios físicos

Las entidades aprovecharán la presentación de resultados para tomar posición.
La cuestión de la consolidación bancaria nacional va a ser objeto de especulación en las dos semanas durante las cuales las principales entidades van a presentar sus cuentas de resultados anuales. A pesar de la mejora general de éstos existe la duda de si se podrán mantener en el año actual y si precisamente esa posible incapacidad será la que provoque algún movimiento.
El Banco de España ya ha manifestado su opinión acerca de la necesidad de que los responsables de los bancos revisen la sostenibilidad del modelo de negocio de cada uno de ellos y, sobre esa base, adopten las medidas que consideren más oportunas. «No son los tiempos de Mariano Rubio en los que el papel del Banco de España podía resultar determinante a la hora de impulsar o no operaciones corporativas», señalan en medios cercanos al supervisor para destacar que no va a jugar un papel activo en los posibles movimientos más allá de incitar a la reflexión de los protagonistas.
Y a partir de ahí la procesión va por barrios. Los expertos y analistas consideran poco menos que imprescindible que tenga lugar un nuevo movimiento de concentración que ayude a ganar rentabilidad gracias a un mayor volumen de negocio desarrollado con plantillas más reducidas y menos medios físicos. A esta interpretación se adhieren algunos bancos por distintas razones.
La primera es porque realmente piensan, y así ha ocurrido en los primeros años de la crisis, que es posible gestionar más recursos y aumentar el negocio con los mismos medios, o muy pocos más, que los que tenían antes de que se produjera la anterior oleada de concentración. CaixaBank, Sabadell, BBVA y Santander son ejemplos claros de cómo han aumentado sus balances incorporando recursos de otras entidades al tiempo que procedían a ajustar las plantillas resultantes para acercarlas a las primitivas de las entidades absorbentes.
Junto a ello no hay que dejar de considerar que algunos bancos han optado por aumentar de tamaño en la creencia de que esta circunstancia les hacía algo menos vulnerables a posibles operaciones no deseadas. Pero entonces se trataba de un problema de solvencia y de la imposibilidad práctica de reforzar sus niveles de recursos propios por la desconfianza existente en los mercados.

Un problema de rentabilidad

Ahora la situación ha cambiado y ya no se trata tanto de problemas de solvencia a corto plazo sino de recuperar niveles de rentabilidad que no pongan en entredicho la supervivencia de las entidades en el medio y el largo plazo. Y eso, en las circunstancias actuales de muy bajos tipos de interés y durante bastante tiempo, no lo garantiza un exceso de capital sino principalmente una rentabilidad acorde con lo que reclaman los inversores.
Pero, dado el reforzamiento que han llevado a cabo los bancos en estos años (y los requerimientos de capital del supervisor europeo pueden ser una muestra), lo cierto es que las entidades son más resistentes ahora que hace unos años y, por lo tanto, que la presión que se ejerce sobre ellas para que lleven a cabo operaciones corporativas no parece la suficiente como para que se produzcan en un plazo cercano. «Se necesitaría una mayor presión que la actual para que se produjeran movimientos», afirma un alto responsable del sector que piensa que los habrá pero más adelante.
La consejera delegada de Bankinter, la primera entidad que publicó resultados, se mostró escéptica sobre posibles movimientos corporativos. «No lo sé; hemos pasado de 40 a 14 entidades y me parece difícil llegar a 10», dijo, aunque al mismo tiempo reconoció que la unidad correspondiente de la entidad que dirige «mira y estudia todo lo que se plantea» para a continuación hacer valer su especificidad diciendo que «no va a sobrevivir el más grande sino el más flexible» en el actual entorno. Bankinter solo ha hecho dos operaciones corporativas en sus 50 años de existencia: la compra de la mitad de Línea Directa Aseguradora a Royal Bank of Scotland y la reciente del negocio de Barclays en Portugal. Claro que eso no significa que no haya intentado otras que, por distintas razones, no han cuajado.
En las próximas dos semanas se asistirá a una nueva ceremonia de la confusión a la luz de las declaraciones de los máximos responsables de los principales bancos. Es probable que algunos digan que hay que continuar con la concentración sin admitir que estarían interesados en participar activamente en ella y que otros afirmen que no ven la necesidad de que tenga lugar, aunque les gustaría hacerlo. Todos, en cualquier caso, dejarán clara su posición: ellos no tendrán problemas para mantenerse como entidades independientes y si participaran en alguna operación sería para aprovechar una oportunidad que se plantee.
SALVADOR ARANCIBIA

2 comentarios:

  1. La falta de rentabilidad del sector financiero mundial se debe más a la regulación política que a otros factores.
    Si el negocio consiste en comprar y vender dinero y vender seguros principalmente y el precio del dinero se fija en "negativo" -ver para creer en un Sistema Capitalista- es muy difícil obtener márgenes suficientes...para cualquier tipo de estructura.
    Si a esto le añadimos en España las muchísimas sentencias que no respetan los acuerdos entre personas y entidades libres, incluso cuando se firman ante notario, vemos que por muchas fusiones y reducciones de plantillas y oficinas que haya, será muy difícil que alcancen un rendimiento que haga "sostenibles" y "solventes" a las Entidades Financieras.
    Los banqueros y los bancarios deben defender mucho más su profesión frente a los políticos y los jueces, solo así un sector fundamental para el normal desarrollo de la economía podrá sobrevivir a esta gran crisis mundial y local.

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